De gafas oscuras, vestido de negro y con le leyenda “podemos acabar con la violencia con armas” estampada en su camiseta, Paul McCartney protestó el pasado sábado por las calles de Nueva York.
En la multitudinaria manifestación, que se sumó a las de otras ciudades de Estados Unidos y movilizó a miles de personas, los ciudadanos pidieron que se refuerce el control de armas, debido a la explosión de violencia armada que se ha dado en el país norteamericano últimamente.
En la entrada de Central Park, a un lado del memorial en honor a John Lennon, McCartney esperó a la masa para unirse a la marcha.
“Uno de mis mejores amigos murió justo en esa esquina, por eso es tan importante para mi”, dijo el compositor británico, según publica El País.
En diciembre del 1980, a los 40 años, Lennon fue asesinado con cinco disparos por un fan a las afueras de su casa, justo ahí en la entrada del edificio Dakota.