El Papa Francisco contó al diario Corriere della Sera que dedica en su gran mayoría todos los viernes para reunirse con víctimas de abusos por parte del clero. La información salio de una conversación del sumo pontífice con jesuitas durante la visita a nuestro país.
Los casos de pederastia son “la desolación más grande que la Iglesia está sufriendo. Esto nos empuja a la vergüenza. La vergüenza es una gracia muy ‘ignaciana’ (de Ignacio de Loyola) y por tanto tomémoslo como una gracia y avergonzémonos profundamente”, lamentó.
Este mismo dialogo se publicará en el próximo número de la revista de la Compañia de Jesús, “Civilta Católica”.
Francisco recordó sus días de sacerdocio en Argentina cuando un 24 de marzo, en la plaza de Mayo conmemoraban a los desaparecidos de la dictadura y al cruzar la calle escucho unos padres diciéndole a su hijo de dos o tres años que tuviera cuidado con el pederasta: “Qué vergüenza sentí. No se dieron cuenta que era el arzobispo, pero yo era un sacerdote y qué vergüenza sentí”.
“Es horrible. Hay que escuchar lo que prueba un abusado o abusada (…) Su proceso es durísimo, Se quedan aniquilados”, comentó.
Según consignó Emol, para Francisco, estos casos son “una gran humillación para la Iglesia” añadiendo que “muestran no solo nuestra fragilidad, sino también, digámoslo claramente, nuestro nivel de hipocresía (…) Es curioso que el fenómeno de los abusos ha tocado algunas de nuestras congregaciones nuevas y prosperas. Allí los abusos están siempre vinculados al poder”.
Para Jorge Bergoglio hay tres niveles de abusos que siempre van juntos: “El abuso de autoridad, el abuso sexual, y los enredos económicos porque el dinero siempre está en medio. El diablo entra por el bolsillo”.