No se ha demostrado que Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la Federación Chilena de Fútbol (2007-2011), incumpliera la regla 20: ofrecimiento y aceptación de regalos y otros beneficios.
Este es el argumento en el que se basa el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que finalmente sólo consideró las infracciones al Código Ético de la FIFA 13, 15 y 19: relativos a las reglas generales de conducta, lealtad y conflicto de intereses, respectivamente.
Con esto, los árbitros del TAS; el alemán Martin Schimke como presidente; el belga Bernard Hanotiau; y el italiano Luigi Fumagalli, concordaron en que era apropiado rebajar la pena del ex presidente de dos a tres años, “representa una sanción apropiada y proporcional”, aseguraron.
Con esto, quien lideró la Comisión de Evaluación de las candidaturas a los mundiales de 2018 y 2022 concedidos a Rusia y Catar, respectivamente, ya ha cumplido su sentencia y se encuentra habilitado para reincorporarse al mundo futbolístico.
Contexto
El 6 de junio de 2015 Mayne-Nicholls fue sancionado por el Comité de Ética de la FIFA por siete años por incumplir el Código de Ética.
En ese entonces el organismo consideró que el ex dirigente de la UC infringió, además de los artículos ya mencionados, la normativa 20 “Aceptación y ofrecimiento de obsequios y otros beneficios” al pedir “favores personales para familiares cuando presidía la comisión de evaluación sin actuar en interés de FIFA”.
El 22 de abril de 2016 la Comisión de Apelación de la FIFA estimó en parte su recurso y redujo de siete a tres años el periodo de sanción.
Así y todo el ex dirigente consideró la sanción “improcedente”. En entrevista con la agencia EFE, cuando recibió su primera sentencia, Mayne-Nicholls aseguró que cuando conoció la Academia Aspire de Doha habló para ver la posibilidad de que su hijo y su sobrino se formaran en ella durante una temporada, junto a su cuñado. Pero estos hechos “nunca se concretaron”, explicó el sancionado quien presentó ante la audiencia del caso, un documento del centro que confirma su declaración.
En relación a su papel como líder de la Comisión de Evaluación de las candidaturas a los mundiales de 2018 y 2022, aseguró que había realizado un “trabajo honesto”.
“No era un trabajo de una única persona. Y si hubiese querido influir en cualquier sentido en alguna de las 9 candidaturas, el resto se habría resistido. Lideré un trabajo honesto, serio, profesional y con conclusiones claras”, señaló ante la audiencia en el TAS.