Carrie Fisher tenía cocaína, heroína, éxtasis y alcohol en su cuerpo a la hora de su muerte

Carrie Fisher, la aclamada actriz estadounidense que interpretó en múltiples ocasiones a la Princesa Leia Organa en la saga Star Wars y que murió en diciembre de 2016, tenía drogas en su cuerpo en el momento de su muerte. Así lo estableció el informe forense.

La actriz, que murió a los 60 años de un paro cardíaco durante un vuelo a Los Ángeles, California, habría consumido cocaína al menos tres días antes de su deceso y otras sustancias como heroína y MDMA y alcohol, aunque no se sabe con certeza cuándo habría consumido dichos estupefacientes.

Se sabe que la guionista y comediante habría sido consumidora constante de drogas desde su adolescencia. De hecho, se refería usualmente al tema durante sus monólogos cómicos, escenario desde el cual pudo luchar contra los estigmas de los adictos. Fisher, que con 24 años se le diagnosticó trastorno bipolar, declaró en 2001 a Psicology Today: “Las drogas me hacen sentir más normal (…) Ellas me contienen”.

También se pronunció su familia, que no se mostró sorprendida tras el informe de la autopsia: “no es una sorpresa que Carrie consumía drogas”, declaró su hermano Todd. Y Billie Lourd, su hija, dijo a la revista People:

“Mi madre combatió la adicción a las drogas y problemas mentales toda su vida. Y murió por ello”