“La mina estaría inundada completa (…) el refugio no es hermético”, fue la dura información entregada por el general de la brigada del Ejército, Fernando San Cristóbal, encargado de la misión de rescate de los mineros desde que la presidenta Bachelet decretó Estado de Excepción Constitucional en la zona.
Tras varios intentos fallidos, esta jornada una de las sondas llegó al nivel 55, el más profundo, a 200 metros bajo tierra.
Se manejaba la teoría de que en ese lugar, donde se encontraban trabajando los mineros Enrique Ojeda y Jorge Sánchez, el derrumbe hubiera generado una pared de piedras que protegiera a los hombres de la inundación.
Sin embargo, y a pesar de los intensos trabajos de drenaje, la sonda encontró agua.
“Este es un accidente minero que tiene características catastróficas. La expectativa era que en el nivel 55 hubiera un bolsón de aire, pero los niveles de agua al interior de la faena han alcanzado el mismo nivel de agua de la laguna (que se encuentra al lado de la mina)”, dijo la ministra de Minería, Aurora Williams, que se encuentra en el lugar.
Las autoridades informaron que continuarán con las labores de rescate. Aún hay dos sondas intentando encontrar a las víctimas en otros puntos del yacimiento. Y, en paralelo, siguen drenando el yacimiento.