Este domingo los puertorriqueños votaron a favor de la anexión a Estados Unidos en un referéndum no vinculante marcado por una alta abstención, donde la participación fue solamente de un 22% de los 2,2 millones de ciudadanos llamados a las urnas.
Un 97% de los votantes, alrededor de medio millón de ciudadanos, ha elegido la opción de la integración a la nación liderada por Donald Trump.
La votación estuvo marcada por las graves dificultades financieras que enfrenta la isla, valoradas en 72.000 millones de dólares.
El gobernador del Nuevo Partido Progresista, Ricardo Rosselló, defiende la integración plena en la Unión, llamándola como una forma de superar la dificultad histórica en la que se encuentra.
Sus opositores del Partido Popular Democrático, reclaman el mantenimiento del actual estatus de la isla, junto con otras formaciones políticas, llamando a la participación en la consulta.
Con una tasa de pobreza del 45% y con un desempleo que duplica al de Estados Unidos, la crisis ha obligado a las autoridades de Puerto Rico a un aumento de las tarifas de los servicios y de los impuestos indirectos, lo que ha generado crecientes protestas contra las autoridades locales y federales.
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