Alto impacto a nivel mundial ha causado el virus ransomware conocido como “WannaCry” cuyo objeto es crear dinero digital colándose en los computadores ajenos. Si bien ya está más o menos identificado, han surgido imitadores, como “Adylkuzz”, que se diferencia en que la moneda que crea no es bitcoin, sino criptomoneda llamada monero.
Cada uno de los virus afectado a alrededor de 200.000 ordenadores tanto públicos como privados, lo que ha causado gran interés en la figura denominada hacker, también denominados, piratas informáticos.
El origen de estos se da en la década de los 70′ en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), cuando un grupo de alumnos que, con acuerdo de la administración, investigaban por las noches en los ordenadores del lugar. A veces, necesitaban cierta información que estaba en manuales o códigos guardados en el despacho del profesor encargado de conservar tales documentos, y al no tener acceso a su oficina, los estudiantes forzaban el candado.
Merce Molist, periodista española especializada en Internet, autora de Hackstory.es y coautora, junto a Manel Medina, de Cibercrimen, señaló en una oportunidad “Empezaron a transgredirse los límites de forma completamente inocente, facultad ésta que se mantiene hoy. Básicamente, cuando un hacker cree que una determinada ley o norma es injusta, actúa según su propia norma moral, lo que genera el riesgo de que se arrogue el papel de justiciero”.
Una década más tarde, en 1986 fue publicado “El Manifiesto Hacker”, por un hacker que se hacía conocer como “THE MENTOR”:
“Si, soy un delincuente:
Mi delito es la curiosidad. Mi delito es juzgar a la gente por lo que dice y por lo que piensa, no por lo que parece. Mi delito es ser más inteligente que vosotros, algo que nunca me perdonaréis. Soy un hacker, y éste es mi manifiesto. Podéis eliminar a algunos de nosotros, pero no a todos… después de todo, somos todos iguales.”
Hasta hoy, las universidades no han podido ponerse a la altura del talento de los hackers para poder impartir este conocimiento. Solo a nivel de Magister existen grados de seguridad informática. Ahora, esto tiene que ver también con los perfiles que se hacen necesarios para ser un hacker y también con los propios códigos de estos.
Por definición, los hackers cuentan con un perfil autodidacta, una curiosidad innata que los lleva a poder violar mecanismos de seguridad informáticos a partir de ensayo y error y planteamiento de dudas constantes. Además, otra cosa que dificulta que esta disciplina sea llevada a las universidades es el afán que tienen estos personajes de que la información esté al alcance de todos, independiente de que la autoridad intente impedirlo. Y, para estas personas, la Universidad sería otra una autoridad más en la cual se controla el conocimiento. De aquí salen casos como Snowden y Wikileaks, que consistieron en filtraciones de información, que para los hackers, debe ser totalmente libre y descentralizada.
“La Universidad, a mi modo de ver, está anticuada, con profesores sin ganas y materias inútiles”
Así dice Juan, estudiante de 23 años de Ingeniería Informática interesado en ciberseguridad. Usa un nombre ficticio y considera que autodenominarse hacker es muy pretencioso debido a “la trayectoria de la gente que realmente se dedica a ello”. A los 15 años se inició en la informática.
La forma de hacerse hacker hoy va por cuenta propia. Consiste en investigar en foros y plataformas de la herramienta eminentemente hacker, Internet. Ese es el canal donde se traspasa la información que trata sobre como operar en esta misma plataforma.
Hoy hay empresas dedicadas a la seguridad cibernética que contratan a estas personas. En Singapur y Reino Unido es donde son más requeridos y mejor pagados. Lo más difícil es encontrar la figura de jefe hacker, pues es quien permite hasta donde se puede llegar.