Una inusual explicación entregó Rafael Garay sobre sus motivaciones para fingir por meses un cáncer terminal. Según el economista, se trataba de la preparación del camino para un eventual suicidio, donde la enfermedad serviría como condición justificadora.
El ingeniero comercial se encuentra en prisión preventiva mientras es investigado por el delito de estafa en contra de 36 personas. Las víctimas confiaron su dinero a Garay, quien se comprometió a invertirlo en compañías amigables con el medio ambiente a través de su empresa Think & Co. El monto total del perjuicio, según la investigación del fiscal Centro-Norte, José Morales y la Bridec de la PDI, es cercano a los $ 1.800 millones.
En su declaración ante Morales, el economista aseguró que no hubo inversiones en el sector financiero. Dijo que destinó $30 millones en obras de arte que luego podrían subir su valor. El resto lo habría asignado a diversos eventos deportivos. Según su explicación, esto consistía en elegir a determinados competidores a los cuales daba dinero para que pudieran asistir al certamen. En caso de ganar, los atletas debían devolver el monto que les había facilitado.
Por último, el imputado indicó que su plan, una vez que salga libre, es regresar el dinero a las víctimas.
El abogado querellante, Jorge Valdivieso Ruz, señaló, “me parece muy bien que quiera restituir los fondos de los cuales se apropió, pero tampoco podemos desentender la decisión del tribunal que estimó que era un peligro para la seguridad de la sociedad. La posibilidad de que pueda cometer de nuevo este tipo de ilícitos, creemos, es muy alta”.