Le llaman la “tercera vuelta”. Lo cierto es que el tema presidencial en Francia aún no ha quedado saldado. Emmanuel Macron, quien con el 66% de los votos salió electo el domingo pasado como presidente de Francia, enfrenta ahora un segundo capítulo igualmente difícil: asegurar la mayoría parlamentaria que necesita para cumplir sus promesas de campaña.
Las elecciones parlamentarias se llevarán a cabo en tan sólo cinco semanas, plazo en el que el independiente presidente electo deberá formar un pacto que le asegure el respaldo en la cámara, para concretar promesas como sacar al país de la penumbra económica.
El ex banquero de 39 años, que tomará posesión del cargo el próximo domingo de la mano de su padrino político François Hollande, tiene como primera tarea articular el movimiento En Marche! en un partido político con posibilidades de lograr una mayoría estable en la Cámara.
Sin una mayoría en la Asamblea Nacional, Macron podría convertirse rápidamente en un presidente sin capacidad de gobernar, con una inhabilidad para impulsar promesas como una reforma laboral, lo que le podría costar caro ante un electorado ampliamente descontento.
“La República en Marcha” (“En Marche!”) será el nuevo nombre con la que concurrirán a los comicios, a realizarse el 11 y 18 de junio, donde se determinarán los 577 diputados de la Cámara baja gala.
“Para actuar será necesario que podamos construir una mayoría y queda todo por hacer”, ha reconocido Richard Ferrand, secretario general de En Marche!, en declaraciones que recoge El Español.
Como primer acercamiento, el ex primer ministro socialista, Manuel Valls, quien en primera vuelta aseguró su voto para Emmanuel Macron, anunció que concurrirá a las próximas elecciones legislativas que se celebrarán en el mes de junio con la marca creada por Macron.
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