Tras el cierre de los locales de votación y la difusión de las primera proyecciones, el centrista proeuropeo de 39 años, Emmanuel Macron, fue elegido como el nuevo presidente de Francia.
Con entre el 65,5 y 66,1% de los sufragios, este exbanquero reemplazaría al socialista François Hollande que renunció a presentarse por falta de apoyo popular y del que fue ministro de Economía, según estimaciones de institutos independientes.
De confirmarse este resultado, Macron asumiría en una Francia muy dividida políticamente, entre las zonas urbanas (privilegiadas y reformistas) y las desheredadas (tentadas por los extremos). Pero él no parece recular ante los desafíos, tiene varios por delante de gran calado como un desempleo endémico de 10%, la lucha antiterrorista y la crisis de la Unión Europea (UE).
Aunque Marine Le Pen, estaría perdiendo por amplio margen, no sería una derrota en toda regla para ella ni para su partido -el Frente Nacional (FN)- que ha convencido a entre el 33,9% y el 34,5% del electorado con promesas en contra de la inmigración y el euro. No sólo eso, sino que se ha hecho un hueco entre las principales fuerzas políticas del panorama nacional.
El resultado se daría en medio de una elección marcada por la alta abstención, la mayor de los últimos años. Según las estimaciones, esta oscilaría entre el 25,3% y el 27%.
Durante los minutos previos a las estimaciones oficiales, Emmanuel Macron, mantuvo una conversación telefónica “breve” y “cordial” con su contrincante, la ultraderechista.
En tanto, su contrincante lo felicitó y aseguró que su victoria fue “histórica”.
Foto: La Tercera