Luego de una semana de tensiones entre Estados Unidos y Rusia, tras el bombardeo estadounidense al aeródromo sirio desde donde supuestamente despegaron los aviones que bombardearon con armas químicas a población civil, los representantes de la diplomacia de ambos países salieron a dar una señal en conjunto.
El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, llegó hasta Moscú para reunirse con su par ruso, Serguei Lavrov. Tras las conversaciones, marcadas por el ataque con misiles estadounidense y por el férreo apoyo a Bashar Al Assad del Kremlin, Tillerson y Lavron aseguraron su compromiso a no interferir en los asuntos internos de Siria. La excepción, señalaron, será combatir a Estado Islámico, un objetivo común para ambas naciones.
Tillerson no esquivó confesar que las relaciones entre ambos estados están en un punto “muy bajo”. No obstante, remarcó que eso no puede ocurrir entre dos potencias nucleares. “Tenemos que poner fin a la permanente degradación de nuestras relaciones”, señaló el estadounidense,
Tanto Tillerson como Lavrov anunciaron antes de la conferencia de prensa en conjunto que esperaban aclarar sus intenciones en temas tan relevantes como el conflicto en Siria.
“No nos pongan en la falsa disyuntiva de estar con vosotros o contra vosotros”, le dijo Lavrov al representante de la Casa Blanca.
Además, el ministro de Exteriores ruso dijo que para su país es “muy importante entender la postura de EEUU y las verdaderas intenciones de la administración” de Donald Trump. “No lo voy a ocultar: nos surgen muchas preguntas teniendo en cuenta las ideas a veces contradictorias que se han dicho en Washington en relación a todo el ámbito de las relaciones bilaterales y multilaterales”, recalcó.
Respecto del bombardeo con 59 misiles Tomahawk ejecutado la semana pasada por EEUU, Lavrov dijo que era “ilegal” y subrayó que para Rusia “es primordial no permitir la repetición de acciones similares en el futuro”.
En un tono de mayor acercamiento, el diplomático ruso le dijo a Tillerson que “su visita es bastante oportuna y nos da la posibilidad de aclarar, con sinceridad y honestidad, las perspectivas de cooperar en todas estas cuestiones, sobre todo en lo que se refiere a la creación de un amplio frente antiterrorista”.
Tillerson respondió que el “encuentro se produce en un momento muy importante, en el que intentamos aclarar nuestras posiciones y hablar de los ámbitos en los que nuestros objetivos e intereses coinciden, pese a las diferencias tácticas”. Además, dijo que esta cita favorecerá “revelar los puntos en los que nuestras opiniones no coinciden para reducir esas contradicciones”.
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