Este lunes, el Presidente Donald Trump firmó la nueva versión de su polémico decreto migratorio, con el que impide durante 90 días la concesión de visados a ciudadanos procedentes de seis países de mayoría musulmana (Irán, Libia, Somalia, Siria, Sudán y Yemen).
Pese a los intentos judiciales que hubo por bajar la polémica medida, el republicano mantuvo el núcleo de la propuesta y suspenderá por 120 días el programa de refugiados y lo reducirá a más de la mitad (de 110.000 a 50.000). El veto entrará en vigor el 16 de marzo.
En un principio, la medida contemplaba siete países, pero Irak quedó fuera por sus “mejoras en los procedimientos de verificación y de sus medidas de transmisión de información”, según indicó la asesora de Trump, Kellyanne Conway.
Este nuevo decreto busca reforzar los procedimientos de seguridad y asegurarse de que las personas que piden asilo, no suponen una amenaza para la seguridad de los estadounidenses.
“Cumpliremos el objetivo para reducir el riesgo de acciones terroristas”, afirmó el secretario de Estado, Rex Tillerson.
En tanto, el secretario de Justicia, Jeff Session, aseguró que “Estados Unidos tiene el derecho de controlar quienes ingresan al país y de mantener afuera a quienes quieren dañarnos”.
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