El presidente Donald Trump nominó a Neil Gorsuch, un juez federal de apelaciones de Denver, para ocupar el puesto de la Corte Suprema que quedó vacante por la muerte del magistrado Antonin Scalia. Con esta decisión asciende a un jurista cuya filosofía conservadora encaja en el molde del hombre al que sustituirá.
Jurista ampliamente aclamado, Gorsuch es uno de los favoritos de los conservadores y respetado por los liberales. Con un currículum bastante típico entre los jueces del Supremo, el elegido de 49 años se ha graduado en Columbia, fue compañero de derecho de Barack Obama en Harvard y obtuvo una beca de Oxford.
Su madre, Anne Gorsuch, fue la primera mujer en servir como jefa de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos durante la administración Reagan. Cargo del que tuvo que dimitir por un caso de corrupción por el que jamás fue imputada.
“El juez Gorsuch tiene excelentes habilidades legales, una mente brillante, una tremenda disciplina y se ha ganado el apoyo bipartidista”, dijo Trump en el nombramiento.
Con Gorsuch se sumarían cuatro magistrados conservadores, contra cinco jueces de tendencia liberal.