Los incidentes por “pasajero disruptivos”, aquellos que “no respetan los códigos de conductas a bordo de los aviones” han aumentados de 500 incidentes hace 10 años a 10.854 el 2016, informó El Mercurio. .
En el caso de Chile, se registraron 8 casos en 2015 y en lo que va este año, ya han llegado a las 12 personas. Si bien esta cifra no es alarmante, lo cierto es que las aerolíneas solicitan tomar medidas para contener estos episodios, que pueden tener un costo entre los US$ 10 mil a US$ 200 mil si el capitán se ve obligado a desviar el vuelo o aterrizar de emergencia.
Frente a esto, desde enero una mesa de trabajo en la que participará las aerolíneas que operan en Chile buscarán estas situaciones.
El presidente de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila) y representante de Air Canada, Alfredo Babún, comenta que una de las medidas que han aplicado en esa compañía es lo que denomina un sistema de bad passengers (malos pasajeros).
“Quedan en una lista negra y si quieren volver a volar con nosotros, deben redactar una carta de descargos para que el departamento de seguridad analice su situación”, señaló Babún.
Ante esto, el gerente de Achila, Rodrigo Hananías, señaló que una lista negra respecto de pasajeros que fueron disruptivos es una actitud legítima, pero de ahí a una lista genérica en que todas las aerolíneas se pusieran de acuerdo para tachar a un individuo y no darle transporte aéreo me parece que excede lo razonable”.
Al respecto, el secretario general de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), Jaime Binder, señala que “nuestra visión es que más personas se suban a un avión, sin discriminación alguna, porque el transporte aéreo durante años ha sido exclusivo y nosotros queremos que sea masivo”.
Binder señala que este es un tema emergente y los casos aún son aislados, por lo que se debe actuar “con pro actividad ante un problema que podría ser creciente”.
FOTO: Agencia Uno.