El Senado de Brasil aprobó esta madrugada someter a la suspendida presidenta Dilma Rousseff a un juicio de destitución, medida que deja su mandato a una votación de terminar abruptamente.
Tras más de 15 horas de debate, los senadores dieron un fuerte respaldo al impeachment de Rousseff, que fue suspendida el 12 de mayo.
Dilma está acusada de haber violado la Constitución al aprobar gastos sin la venia del Congreso y suscribir decretos para financiar al Tesoro con la banca pública.
El juicio definitivo comenzaría en torno al 25 de agosto, cuatro días después de la clausura de los Juego Olímpicos de Río 2016, y durará cinco días. Para su aprobación, la Cámara necesita el voto de al menos dos tercios de los senadores (54 de 81), cifra que ya superó en esta votación.
En caso de perder el mandato, también quedaría inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años.
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