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Murió el ex presidente Patricio Aylwin a los 97 años

25 de Mayo 2012/SANTIAGOEn el marco de la visita del presidente de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), el diputado italiano Pier Ferdinando Casini, y del presidente de la Organizacion Democrata Cristiana de America (ODCA), senador Jorge Ocejo, se realiza un homenaje al ex Presidente de la Republica, Patricio Aylwin, encabezado por el presidente de la DC, Ignacio Walker.FOTO: FRANCISCO SAAVEDRA/AGENCIAUNO

Escucha la audiobiografía del que será recordado como el primer gobernante de la transición a la democracia.

Por:

19 Abril, 2016

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Escucha su biografía aquí, en la voz de la periodista Josefina Stavrakopulos:

A los 97 años el ex Mandatario y militante de la DC, Patricio Aylwin Azócar, falleció en su casa acompañado de su familia.

La presidenta Michelle Bachelet anunció que tendrá un funeral de Estado y que se harán tres días de duelo nacional, que comienzan a partir de hoy.

“Chile ha perdido a un gran demócrata, a un hombre que siempre supo colocar la unidad de los chilenos antes de las diferencias”, aseguró la mandataria.

Aylwin “le pidió perdón al país, eso fue muy reparador”, añadió Bachelet, quién reveló que “siempre sentí un gran cariño por él, el que fue mutuo”.

Por su parte el ex presidente Ricardo Lagos, en su blog, escribió un homenaje sobre el ex mandatario, en el que señala que “Patricio Aylwin siempre tuvo fuerza en sus convicciones, amplitud de criterio y una gran tolerancia de las ideas”.

Revisa las palabras de Lagos a Aylwin aquí.

La vida y obra de Patricio Aylwin atraviesan la historia política de Chile de los últimos 60 años y, mi vida en particular, ha estado entrelazada con él, desde siempre.

Pocos políticos han tenido una vida tan amplia, tan rica y con momentos tan complejos. Por eso que creo que su vida y testimonio se deben entender en clave de futuro y extraer de ello, lecciones para el Chile de hoy.

Patricio Aylwin siempre tuvo fuerza en sus convicciones, amplitud de criterio y una gran tolerancia de las ideas. Criado en un hogar formado por un agnóstico masón y una ferviente católica, su educación se basó en el respeto por las diferencias y en el entendimiento de la diversidad.

Por esto no debe sorprender como, a meses de ser electo Presidente de Chile, le realizó el postergado funeral de Estado a uno de sus máximos oponentes políticos, Salvador Allende. El 4 de septiembre de 1990, durante esta ceremonia, Aylwin dijo: “como todo el país sabe yo fui adversario político de Salvador Allende” frente a lo que se escucharon pifias de la multitud, y continuó: “a aquellos que silban yo les digo que el único lenguaje en el que podemos entendernos es el de la verdad. Estoy aquí para dar testimonio de verdad y eso no me impidió respetarlo como persona, reconocer sus méritos, coincidir en muchas ocasiones y mantener con él relaciones amistosas. Esta es la esencia de la vida democrática. Fui opositor de su gobierno lo que no nos impidió dialogar siempre en busca de fórmulas por lograr un acuerdo para salvar la democracia”. Este acto y estas palabras marcaron el inicio de una reconciliación largamente esperada por Chile.

Para Aylwin la causa de la crisis política que desencadenó el golpe de Estado, se debió a la rigidez que adquirió el sistema político, incapaz de conformar una mayoría estable, lo que provocó el quiebre de la democracia. La división en tres corrientes de opinión determinó que los gobiernos democráticos de ese entonces no fueran de una mayoría, sino que de la minoría más numerosa, lo que contribuyó a debilitar la eficacia del sistema y a producir su quiebre. Por esto mismo, para enfrentar la dictadura y luego desarrollar una democracia fortalecida, Aylwin lideró una unidad política entre el pensamiento laico y el humanismo cristiano, materializada en la Concertación primero y en la Nueva Mayoría hoy.

Durante su gobierno Chile creció, en promedio, un 8%; se redujo la pobreza de 40% a 30% y bajó la inflación de 25% a 12%. Un tercio de los recursos fiscales se destinaron a políticas sociales y en cuatro años tuvo la capacidad de coordinar un equipo que permitió proyectar lo que se continuó haciendo en los gobiernos posteriores.

En la actividad pública se está en función de las ideas y de las convicciones y, este hombre ejemplar, no solo las tuvo sino que luchó por ellas. Esto es lo que justifica la búsqueda del poder y el desarrollo de un ideario que va en beneficio de la sociedad y de los suyos.

Patricio Alywin siempre basó su acción en sus convicciones; en la razón de las ideas; en el diálogo y en el entendimiento con el contrario. En su quehacer encontramos un fuerte sentido de servicio y vocación pública. Miro hacia atrás y pienso que era más fácil decir que No a la dictadura a que nos pongámonos a trabajar para recuperar los valores que todo el país nos está reclamando y, Patricio Aylwin con su vida y testimonio, nos muestra cuál es el camino para alcanzarlos.

El abogado y militante del partido Demócrata Cristiano, pasará a la historia como el primer presidente de Chile de la transición, tras el golpe de estado dirigido por Augusto Pinochet en 1973.

Antes de ser presidente (1990-1994), fue presidente del Senado entre 1971 y 1972. Y en los años previos al golpe se mostró favorable a la intervención de las Fuerzas Armadas:

“Una dictadura marxista y una dictadura de nuestros militares, yo elegiría la segunda”, dijo Aylwin en 1973.

En 1982, volvió a la directiva de la Democracia Cristiana como vicepresidente. Desde dicho cargo, participó en la formación de la Alianza Democrática. Asimismo, a instancias de la Iglesia Católica, impulsó el Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia.

Entre 1987 y 1989, ocupó nuevamente la presidencia del PDC. Participó en las negociaciones con el entonces presidente Augusto Pinochet que buscaron la aprobación de 54 reformas a la Constitución Política de 1980, las cuales fueron aprobadas en el plebiscito de 1989 y se constituyeron como el primer paso hacia una transición pacífica a la democracia.

En 1988, colaboró por la campaña del “NO” para el plebiscito de ese mismo año. También, fue vocero de la Concertación de Partidos por la Democracia.

En 1989, fue designado candidato a la presidencia de la República por esa misma agrupación para la elección presidencial de ese año.

Entre los principales hitos de su gobierno está la creación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, presidida por el jurista y ex-parlamentario Raúl Rettig, que dio a conocer en marzo de 1991 la primera  base de antecedentes de muertos y desaparecidos, durante el régimen militar.

También en su gobierno comenzó la estrategia de apertura comercial a los demás países de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) a través de acuerdos bilaterales de desarme arancelario. En el mismo plano de las relaciones internacionales, se dio una política impulsora de la participación en la comunidad internacional, con giras presidenciales.

Foto: Agencia Uno

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