Juez del caso Petrobras fue el gran ganador de las protestas en Brasil
Los cálculos de la policía en más de 150 ciudades mostraron que unos tres millones de brasileños participaron en las manifestaciones.
Los brasileños inundaron las calles este domingo para protestar en contra de la presidenta Dilma Rousseff y los casos de corrupción que han salido a la luz el último tiempo. Los manifestantes pedían la renuncia de la mandataria, malestar popular que puede alentar al Congreso a iniciar un juicio político contra la líder izquierdista.
El triunfador de la jornada fue el juez del caso Petrobras, Sérgio Moro. Hubo numerosas pancartas a favor del magistrado en ciudades como Brasilia, Río de Janeiro, Sao Paulo y Curitiba, con mensajes como “Todos somos Moro”, “Sérgio Moro, orgullo nacional”, o “Moro estamos contigo”, así como otros carteles que lo denominaron “el mayor héroe en la historia de Brasil”. Además de que muchos manifestantes confeccionaron poleras y máscaras con el rostro del juez.
Una señal del descontento del pueblo brasileño con la clase política.
“A pesar de las referencias a mi nombre, el bondadoso homenaje del pueblo brasileño es para el éxito hasta la fecha de un trabajo institucional sólido que involucra a la Policía Federal, el Ministerio Público de la Federación y de todas las instancias del poder judicial”, dijo Moro, en declaraciones recogidas por el diario O Globo.
Asimismo, el juez hizo un llamado a la clase política brasileña a que “escuchen la voz de la calle” y “se comprometan con la lucha contra la corrupción, reforzando nuestras instituciones.”
Las manifestaciones son las últimas tras una ola de movilizaciones contra el Gobierno que perdieron fuerza a fines del año pasado, pero que están recuperando intensidad a medida que una investigación por corrupción se acerca al círculo íntimo de Rousseff.
Por su parte, la presidenta de Brasil ha dicho que no tiene intención de renunciar, pero sus oponentes esperan que tras la masiva manifestación se pueda lograr su destitución.
Rousseff enfrenta cargos por fraguar los números del déficit presupuestario. Pero ella lo niega.
Foto: La Tercera