En respuesta al ensayo nuclear y el lanzamiento de un cohete espacial del régimen de Kim Jong Un, Estados Unidos y Corea de Sur intensificaron este miércoles su presión a Corea del Norte al desplegar cuatro nuevos cazas y prohibir el intercambio de civiles.
Los cuatro F-22 sobrevolaron a primera hora de este mañana la base de Osan, al sur de Seúl, en un entrenamiento conjunto en el que los aliados demostraron su “capacidad para aplastar cualquier provocación imprudente del enemigo”, según expresó la Fuerza Aérea surcoreana.
Esta medida realizada por los aliados, fue en respuesta a que Corea del Norte realizó su cuarto ensayo nuclear el el 6 de enero y , el 7 de febrero, envió un satélite al espacio, lo que la comunidad internacional considera una prueba encubierta ilegal de misiles de largo alcance.
El despliegue de los cazas se interpreta como una nueva exhibición de fuerza de Seúl y Washington frente a Pyongyang, después de que los aliados aplicaran las pasadas semanas sus primeras medidas militares de respuesta.
Tras la prueba nuclear de enero, EE.UU. envió un bombardero B-25 a Corea del Sur y después del lanzamiento espacial desplegó un submarino de propulsión nuclear y nuevos sistemas de misiles Patriot, mientras ambos ejércitos intensifican sus maniobras en tierra, mar y aire.
Corea del Norte, que defiende la naturaleza científica del lanzamiento espacial y considera las armas nucleares su principal recurso de autodefensa, todavía no ha reaccionado ante la escalada militar de sus “enemigos”, aunque no se descartan próximas amenazas o acciones que puedan elevar aún más la tensión.
Corea del Sur decretó hoy las últimas de una serie de medidas para ahogar económicamente al régimen de Kim Jong-un como castigo por sus últimas aventuras nuclear y de misiles.
Aimismo, prohibió todos los intercambios civiles con Corea del Norte, incluidos los de entrega de ayuda humanitaria, rechazando las 17 solicitudes pendientes de organizaciones y particulares para viajar o enviar productos al país vecino.