Tras el paro de cuatro días, el retorno de los funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) -organismo dependiente de la Fuerza Aérea- estuvo marcado por retrasos de algunos vuelos, largas esperas y alta afluencia de público en el aeropuerto Arturo Merino Benítez (AMB).
Según el ministro de Defensa, José Antonio Gómez, esta situación en el aeropuerto continuará durante la semana, especialmente en el tráfico nacional.
“Nos vamos a demorar unos días (en normalizar el tráfico), el número de aviones que van a salir va a ser mucho mayor, hay algunas líneas aéreas que han programado 16 o más vuelos extraordinarios”, aseguró la autoridad. “La operatividad está en absoluta normalidad, (aunque) habrá momentos de peak en distintos horarios, porque hay vuelos que se reprogramaron. Se requiere transportar a la gente que estuvo retrasada en su llegada a los lugares donde querían viajar”, agregó Gómez.
El ministro detalló que los horarios más complicados para los pasajeros son al inicio de la jornada, específicamente los vuelos que arriban o salen a las cinco, siete y 10 de la mañana.
Por lo anterior, Gómez anunció que se aplicará un plan de contingencia durante todos los días de festividades. “Estamos contentos de haber resuelto el punto, preocupados por la gente que se vio afectada, por lo que hemos intentando hacer la continuidad de este proceso (de reprogramación de vuelos) de la mejor forma posible”, añadió el ministro tras reunirse ayer en la mañana con los representantes de los controladores aéreos, gremio que no se adhirió al paro, junto a la subsecretaria para las Fuerzas Armadas, Paulina Vodanovic.
Asimismo el ministro aseguró ayer que aplicar sanciones a los funcionarios de la DGAC que paralizaron sus funciones, desde el 16 de diciembre al 20 del mes, “no es una prioridad”.
Tales medidas se adoptarán en los casos en que hubo agresiones en los aeropuertos, agregó Gómez, quien declinó precisar dónde ocurrieron. “Si esto tiene denuncia, hay situaciones que no se pueden dejar pasar”, advirtió el ministro, consignó El Mercurio.
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