El huracán Patricia, anunciado como potencialmente catastrófico por la fuerza que adquirió antes de tocar tierra, se ha ido debilitando durante este sábado.
Con vientos sostenidos máximos de 80 kilómetros por hora, se convirtió en tormenta tropical mientras se internaba por una región montañosa de pequeñas poblaciones en el oeste de México.
Pese a que derribó árboles y dejó deslaves, el fenómeno perdía fuerza mientras se desplazaba hacia el norte-noreste.
Hasta este mediodía no se habían reportado víctimas. “Los primeros reportes confirman que los daños han sido menores a los correspondientes a un huracán de esta magnitud”, había confirmado la noche del viernes el Presidente de México, Enrique Peña Nieto en un mensaje televisado.
El fenómeno genera intensas lluvias sobre los estados mexicanos de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoaca y Guerrero, por lo que las autoridades pidieron precaución frente a la probabilidad de inundaciones y aludes.
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