El conflicto en Europa ha escalado significativamente en los últimos meses, donde se ha registrado el éxodo humano más grande desde la Segunda Guerra Mundial.
Plasmado quedó el nivel de este conflicto con la fotografía de un niño sirio que fue arrastrado sin vida hasta las costas de Turquía, la cual remeció al mundo entero. “Un niño es el mundo entero”, aseguraron desde distintos medios, indicando que la imagen reflejaba el fracaso y la vergüenza de Europa frente a sus duras leyes de inmigración.
Hoy se agregan nuevos antecedentes de la triste historia del pequeño, a quien se identificó como Aylan Kurdi.
Su muerte ocurrió en un doble naufragio, el miércoles de madrugada, en el que murieron 17 personas, cinco de las cuales menores. Aylan viajaba junto a su hermano Galip, su madre Rihan y su padre Abdulá, con el propósito de llegar a Canadá, donde, según el Nacional Post canadiense, vive la hermana de Abdulá.
Éste último fue, junto a otro vecino de Kobane, los únicos supervivientes de un precario bote hinchable que naufragó en el Mediterráneo.
Tras la tragedia, Abdulá recibió la oferta de asilo del Gobierno de Canadá pero la rechazó, indicando que volverá a Kobane, la ciudad kurdosiria que el Estado Islámico asedió en septiembre de 2014.
“Era una oferta para que yo pueda ir allí. Pero, después de lo ocurrido, no quiero ir. Voy a llevarme los cuerpos primero a Suruç y luego a Kobane. Pasaré el resto de mi vida allí”, explicó a periodistas turcos delante del Instituto Forense de la ciudad de Mugla, en el suroeste de Turquía.
Además, pide a la comunidad internacional que haga lo posible para evitar sufrimientos como el suyo. “Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra. Tengo un gran sufrimiento. Hago esta declaración para evitar que otras personas tengan el mismo sufrimiento”, ha declarado.
FOTO: El Mundo