Ayer un centenar de emigrantes se manifestaron frente a la principal estación de tren de Budapest, a la vez que la policía impedía a otros 2.000 extranjeros subir a los trenes con destino a Austria y Alemania, constató a la agencia AFP.
Los manifestantes, cifrados entre 100 y 150, reclamaban poder partir a Alemania, mientras unos 600 hombres, mujeres y niños, la mayoría originarios de Siria, Irak y Afganistán, se congregaban delante de la estación de Keleti, algunos de ellos sentados en el suelo, y otros 1.200 se reagruparon en el interior, en una “zona de tránsito”.
Hoy las autoridades locales autorizaron la salida de un tren rumbo a Austria, en el que se subieron entre 250 refugiados aproximadamente, sin embargo, éste se detuvo en Biscske, donde policías ordenaron descender a los refugiados para ser trasladados a campos especiales, lo cual Esto desató el caos.
Los refugiados de resistían a bajar del trén y una matrimonio y su pequeño hijo se lanzaron a las vías del ferrocarril para evitar ser llevados.
Mientras más de 200 personas gritaban “¡Alemania!”, “SOS”, y “No camp”, el gobierno de Hungría suspendió la salida de todo tren desde sus fronteras.
Cientos de inmigrantes trataban de avanzar hacia Europa occidental, dentro del mayor movimiento migratorio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Unos 500 inmigrantes, que en su gran mayoría huyen de los conflictos en Siria, Irak y Afganistán, son los que ayer querían tomar un tren a Viena en la estación de Keleti.
FOTO: La Tercera