En un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno realiza un llamado a “a que ambos gobiernos promuevan las condiciones que permitan encontrar una pronta solución a este problema”.
“El Gobierno de Chile expresa su profunda preocupación frente a la situación migratoria y de seguridad, con graves efectos humanitarios, suscitada en la frontera de las Repúblicas de Colombia y Venezuela”, señala el documento.
Por último, la misiva señala que “el Gobierno de Chile confía en que Colombia y Venezuela puedan superar estas dificultades mediante un diálogo bilateral, con apego a las normas y principios del Derecho Internacional”.
Horas antes la Casablanca alertó sobre “el empeoramiento” de la situación humanitaria en la frontera y subrayó la importancia de que se atiendan “las necesidades inmediatas de los deportados o desplazados”.
El viernes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el cierre de un segundo sector de la frontera con Colombia en el estado Táchira.
Se trata del segundo sector fronterizo de este estado que decide cerrar, después de que la semana se cerrara una primera zona compuesta por seis municipios, decretara el estado de excepción y deportara a más de un millar de los cinco millones de colombianos que viven en territorio venezolano con el argumento de que la frontera está tomada por paramilitares colombianos.
Una crisis que ya ha provocado que 8.250 los colombianos debieran dejar Venezuela.
“Para limpiar de paramilitarismo, de criminalidad, de bachaquerismo (contrabando), de secuestros, de narcotráfico, he decidido cerrar la frontera de la zona número 2 en el estado Táchira”, dijo en un multitudinario acto público en Caracas.
En un encendido discurso, Maduro explicó que el cierre, que afecta a los municipios de Ayacucho, Lobatera, Panamericano y García de Hevia, entrará en vigor a partir de las cinco de la mañana (09:30 GMT) del sábado y movilizará a “3.000 hombres para buscar paramilitares hasta debajo de las piedras”.
Las cancilleres Delcy Rodríguez (Venezuela) y María Angela Holguín (Colombia) se reunieron el pasado miércoles en Cartagena, en el Caribe colombiano, pero los gobiernos de Caracas y Bogotá subieron el tono de la crisis el jueves al llamar a consultas a sus respectivos embajadores.
Maduro, sin embargo, instó también el viernes a su homólogo colombiano Juan Manuel Santos a reunirse para buscar soluciones al conflicto entre ambos países.
“Estoy dispuesto a reunirme con el presidente Santos a hablar sobre estos temas cuando quiera, donde quiera y como quiera. (…) Acomodemos nuestras agendas. Llegó la hora de vernos las caras usted y yo y resolver este asunto”, dijo Maduro.
Horas antes, Santos pidió tratar con dignidad a sus compatriotas deportados y solicitó reuniones extraordinarias de cancilleres en el marco de organismos regionales para “dar a conocer a ellos y al mundo lo que está sucediendo, la verdad”.
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