Una nueva victoria conquistó el matrimonio homosexual, luego de que este jueves el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucionales las leyes que lo prohíben en varios estados de ese país.
La sentencia, comparada por su alcance con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas o la que consagró el derecho al aborto, despeja la vía para que las personas del mismo sexo puedan casarse en todo el país.
La sentencia establece que los estados están obligados a conceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo bajo la 14 Enmienda de la Constitución, que garantiza la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
“Su deseo no es que les perdonen ni les dejen vivir excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Exigen la igualdad de derechos ante la ley. Y la Constitución les concede ese derecho”, aseguró el juez Anthony Kennedy en la sentencia.
Años de lucha se resolvieron en pocos días tras un vuelco radical por parte de la opinión pública, los políticos y jueces.
Hace diez años, el matrimonio homosexual era legal en un solo estado y para los políticos era un éxito popular oponerse. Ahora es legal en los 50 estados, la Administración federal reconoce a los matrimonios de un mismo sexo a efectos administrativos como el pago de impuestos y las fuerzas armadas aceptan a gais y lesbianas.
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