El pasado 17 de junio cuando la Cámara de Diputados aprobó la reforma laboral estableció que el quórum mínimo de sindicalización para negociar pactos de adaptabilidad sería de 30%, sin gradualidad.
Esto, tras rechazar el artículo transitorio del Gobierno, el que señalaba que estos acuerdos podrían negociarse solo en las empresas que contaran con una afiliación sindical de 65% al primer año de promulgada la reforma; 55% en el segundo; 40% el tercer año, y 30% en régimen.
Pese a la rebaja del quórum, un 30% de sindicalización sigue siendo una barrera difícil de sortear no solo para Chile, sino para la mayoría de los países que integran la OCDE.
Según publica El Mercurio, el promedio de sindicalización en 32 de los 34 países que integran la OCDE es de 16,9% y en Chile, es de 15,3%.
Además, de esos países, solo siete superan el umbral del 30% de sindicalización: Luxemburgo, Italia, Noruega, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Finlandia.
Los 25 restantes están por debajo de ese umbral y, si estuvieran sujetos a normas como las que se están proponiendo para Chile, no podrían negociar pactos de adaptabilidad. Esto dejaría fuera del estándar que se discute en el Congreso chileno a países que son referentes en materia de derechos laborales, como Alemania, Francia y Suiza.
Pese a esto, cercanos al Ministerio del Trabajo han señalado que la norma de 30% no les satisface y que, en el Senado, tratarán de aumentar las exigencias, y deade la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) plantean que hay que subirlo a un 75%.
Si se llegara al nivel destacado en el texto del Ejecutivo (65% de sindicalización el primer año) solo tres países del mundo desarrollado quedarían sobre el estándar chileno: Dinamarca, Suecia y Finlandia.
FOTO: La Tercera