El economista Sebastián Edwards publicó una columna en el diario La Tercera donde relata que en 2012 se reunió con la ahora presidenta Michelle Bachelet para ofrecerle dinero para hacer una precampaña. Según cuenta, la mandataria rechazó la oferta.
En “Mi frustración de precampaña” Edwards señala que “Aproveché para preguntarle si había tomado una decisión sobre su futuro político. Me sonrío, y me dijo que no había decidido nada, que trataba de pensar lo menos posible sobre el tema. Luego agregó que, de verdad, estaba muy contenta. Me habló de Ghana con entusiasmo y devoción; yo le conté sobre mi trabajo en Tanzania, y durante un largo rato hablamos sobre el África emergente”.
“Al llegar los postres le dije que me parecía bueno que volviera a competir, y que en la izquierda no había nadie que concitara el entusiasmo que ella producía. Me agradeció, y volvió a insistir que faltaba mucho para las elecciones.”
Luego hablamos sobre el financiamiento de la política en los Estados Unidos. Le conté que yo había contribuido el máximo legal a la candidatura de Obama – tanto en la primaria como en la general -, y que además había donado un dinero al partido demócrata.
Fue entonces cuando le pregunté qué podía hacer para contribuir a su próxima campaña, cómo podía ayudar a sufragar algunos de los gastos. Se puso seria y me dijo que no se podía, que no había mecanismo ni instancias para hacerlo. “Ni siquiera hay campaña”, me explicó. Yo insistí, y le dije que seguro que había algunos gastos. Aclaré que lo que tenía en mente era un aporte modesto – después de todo no soy más que un académico -, pero que como Obama había dicho toda contribución es útil. Luego agregué, “se podrá hablar con alguien, con algún equipo de avanzada, o tal vez con algún pionero”.
Me respondió que no había tal mecanismo, ni tal agente recaudador, y se puso de pie. Se despidió del maître y de los mozos, salimos a la calle, y caminamos hacia la 5ª avenida. De pronto me dijo, “qué lesera, no tengo plata para el taxi”. Ofrecí prestarle 40 dólares. Ella se río. y dijo, “no puedo aceptarlo.
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FOTO: La Tercera