El depuesto presidente egipcio, Mohamed Mursi, fue condenado a 20 años de cárcel por el Tribunal Penal de El Cairo, por reprimir violentamente las protestas ocurridas frente al palacio presidencial en 2012.
Según se señaló a través del fallo, Mursi y otras doce personas fueron sentenciadas a cumplir condena en prisión por el uso de la fuerza, violencia y retención de personas, demás de maltratos y torturas.
Sin embargo, el magistrado Ahmed Sabri, a cargo de la sentencia, los declaró inocentes de dos cargos: asesinato con premeditación y porte ilegal de armas, por los que podrían haber sido condenados a la pena capital.
Esta es la primera sentencia inculpatoria contra Mursi, que fue depuesto en julio de 2013 en un golpe militar liderado por el entonces jefe del Ejército y actual presidente, Abdelfatah al Sisi, tras varios días de multitudinarias protestas.
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