Hace poco más de un mes, José Mujica entregó la banda presidencial a Tabaré Vásquez, quien comenzó el que será su tercer periodo en el Gobierno.
Rápidamente, los diferentes estilos y convicciones personales que separan a Mujica y a Vázquez han comenzado a quedar en evidencia con la discontinuidad de sus políticas, especialmente en los temas de la marihuana, el aborto y en política exterior.
El avance de la ley que regulaba el mercado de la marihuana, el cual fue aprobado el 10 de diciembre de 2013, se ha aplazado indefinidamente. “¿Cuál es el apuro? Nosotros no tenemos ningún apuro”, confesó al diario uruguayo El Observador el secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND) de ese país, Milton Romani.
El recelo con el que Vázquez mira la ley aprobada por Mujica no son noticias nuevas. De hecho, ha declarado públicamente que le parece “insólita” la venta de marihuana en farmacias. En su primer periodo Vázquez, quien es médico oncólogo de profesión, fue la cara visible de la cruzada que emprendió Uruguay contra el tabaquismo. El país fue el primero de latinoamérica en prohibir el consumo de tabaco en lugares públicos. Todo esto llevó a Uruguay a enfrentar una demanda de la tabaquera multinacional Philip Morris.
Otro punto de desencuentro se evidencia en el tema del aborto. Sin embargo, ésta parecería ser una batalla perdida para el Presidente. Durante su primer periodo Vázquez, por convicción personal, se fue en contra de todos los senadores del partido oficialista que habían aprobado la despenalización del aborto, y la vetó. Pero esa medida no duró mucho, ya que en 2012 Mujica hizo aprobar la ley con los mismos votos del FA, haciendo del aborto una práctica legal Uruguay.
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