Se dio inicio a maniobras militares a gran escala por parte de Corea del Sur y Estados Unidos agudizando la tensión con Corea del Norte, que reaccionó con el lanzamiento de misiles al mar y nuevas amenazas.
Los ejercicios son simulacros de respuesta a un ataque norcoreano y maniobras en tierra, mar y aire.
Éstos fueron calificados por Corea del Norte como “ensayos de invasión” de su país, y generaron una primera respuesta del régimen de Kim Jong-un, que lanzó al mar dos misiles de corto alcance.
El doble lanzamiento de misiles se realizó desde la localidad de Nampo, en la costa occidental, los cuales cruzaron todo el país hasta caer a más de 500 kilómetros de distancia en el Mar del Este (Mar de Japón), según información del Gobierno de la vecina Corea del Sur.
El Ministerio de Defensa de Seúl considera el lanzamiento de misiles “una provocación”, además de “una violación de las resoluciones de la ONU”.
Se elevó la alerta en Corea del Sur ante posibles nuevas acciones militares, atentos ante las reacciones del ejército norcoreano, uno de los más numerosos del mundo con aproximadamente 1,1 millones de efectivos.