Aunque el embargo —o bloqueo— comercial decretado en los años 60, estrictamente sigue en vigor —solo el Congreso puede desmontarlo de forma definitiva—, hoy entran en vigor las flexibilizaciones de las severas limitaciones impuestas durante décadas por EEUU a Cuba.
Así se apuntala el deshielo de las relaciones bilaterales anunciado el 17 de diciembre por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Esta suavización se produce en la antesala del primer encuentro oficial entre EE UU y Cuba, para negociar la normalización de relaciones diplomáticas, que se llevará a cabo el 21 y 22 en La Habana y para ello viajará hasta la isla la secretaria de Estado, Roberta Jacobson, la más alta funcionaria estadounidense que pisa Cuba en décadas.
Los cambios que trae la flexibilización del embargo:
—Los estadounidenses podrán usar sus tarjetas de crédito en Cuba.
—Debido al mantenimiento del embargo, los viajes de estadounidenses a la isla aún tienen limitaciones. De hecho, aún no se habla de “turismo”. Para que un estadounidense viaje a Cuba, ya no habrá que pedir una licencia específica, pero sí seguirá siendo necesario formar parte de una de estas 12 categorías existentes: viajes familiares o gubernamentales, de organizaciones intergubernamentales, medios de comunicación, centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros.
—Los agentes de viajes y las aerolíneas podrán suministrar “viajes autorizados” a la isla caribeña sin necesitar, como ahora, una licencia específica del Departamento del Tesoro.
—Las compañías estadounidenses podrán exportar tecnologías telefónicas e internet, así como, televisores, memorias, grabadoras, computadores, softwares.
—Se podrá traer de Cuba productos alcohólicos y de tabaco por valor de 100 dólares —incluyendo habanos y puros, hasta ahora vetados—y de otros bienes por 400 dólares en total.
—Las compañías de seguros pueden vender seguros de salud, vida y viaje a individuos que residen en Cuba o viajan allá.
—Las instituciones financieras podrán abrir cuentas en bancos cubanos para facilitar las transacciones autorizadas.
—Se podrá invertir en empresas pequeñas y operaciones agrícolas.
—Las compañías pueden enviar materiales de construcción y máquinas a compañías privadas cubanas para renovar edificios privados.
—También podrán hacer envíos a Cuba de hasta US$10.000, mientras ciertos bancos obtendrán los permisos para procesarlas.
—Las remesas autorizadas para ciudadanos cubanos, con ciertas excepciones, fueron aumentadas de US$500 a US$2.000 por trimestre.
—Otros envíos, en particular los que tengan fines humanitarios o sirvan para desarrollar negocios privados, serán autorizados generalmente sin límites.
—Los barcos extranjeros también podrán entrar a EE.UU. tras realizar actividades comerciales con Cuba.
—Así mismo, se contempla la exportación de productos a Cuba cuyo objetivo sea apoyar la actividad económica independiente, mejorar las comunicaciones y fortalecer la sociedad civil.