El Papa Francisco sorprendió de nuevo. Esta vez quebró las estrictas reglas del Vaticano y nombró como cardenales a obispos que han dedicado su vida a pequeñas diócesis, lejos del poder y en contacto con la gente común de América Latina, Asia y Africa.
Según los observadores y expertos con esta elección, el máximo pontífice quiso “internacionalizar” al órgano rector de la Iglesia.
Entre los países elegidos, seis de las naciones no habían contado jamás con un cardenal: Cabo Verde, Tonga, Panamá, Birmania, Mozambique y Nueva Zelanda.
Los tres provenientes de América Latina llaman la atención porque uno de ellos se convertirá en el primer cardenal en la historia de su país –el mexicano Alberto Suárez Inda (76 años)-, otro procede de una zona muy golpeada por la violencia narco –el panameño José Luis Lacunza (70)-, y el tercero viene de la nación más laica de Latinoamérica –el uruguayo Sturla Berhouet (55).