El ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy fue citado a declarar ante la Policía Judicial de Nanterre, localidad cercana a París, sobre un caso de presunto tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.
Sarkozy fue puesto en régimen de “garde à vue”, una medida inédita para un antiguo mandatario y durante la cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas.
La investigación pretende determinar si el ex jefe de Estado y su entorno crearon una “red” de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que lo amenazaban entre 2007 y 2012.
En el llamado “caso de las escuchas” se investiga, entre otros asuntos, si el político conservador recibió financiación ilegal para su campaña presidencial de parte de la multimillonaria heredera del grupo de cosméticos L’Oréal, Liliane Bettencourt, y del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi.