En los jardines del Vaticano el Papa Francisco celebró un encuentro absolutamente histórico con el presidente israelí, Simon Peres, y con el presidente palestino, Abu Mazen, para rezar juntos por la paz.
En 66 años que dura el conflicto entre palestinos e israelíes ha habido numerosos intentos de pacificación, pero todas las negociaciones siempre han dejado de lado la religión, uno de los factores fundamentales del problema. Francisco ahora ha decidido explorar ese camino. La prueba es la “invocación por la paz” que celebró en los jardines vaticanos, una iniciativa en la que también participó el patriarca ecuménico Bartolomeo I y que arrancó con esta declaración de intenciones: “Estamos en este lugar, israelíes y palestinos, judíos, cristianos y musulmanes, para ofrecer nuestra oración por la paz, por Tierra Santa y por todos sus habitantes”.
Juntos han plantado un olivo al final de la oración. Juntos han plantado un olivo al final de la oración.
El Papa Francisco tomó la palabra. “Gracias desde el fondo de mi corazón por haber aceptado mi invitación a venir aquí para implorar a Dios, juntos, el don de la paz. Espero que este encuentro sea el comienzo de un camino nuevo en busca de lo que une para superar lo que divide”, empezó diciendo en italiano, para a continuación recordar que el encuentro de ayer respondía al “deseo ardiente” de cuantos anhelan la paz y sueñan con un mundo donde hombres y mujeres “puedan vivir como hermanos y no como adversarios o enemigos”.
Francisco también explicó el motivo de su invocación a la paz: “La historia nos enseña que nuestras fuerzas por sí solas no son suficientes. Más de una vez hemos estado cerca de la paz, pero el maligno, por diversos medios, ha conseguido impedirla. Por eso, estamos aquí, porque sabemos y creemos que necesitamos la ayuda de Dios”.
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