El Ejército tailandés ha anunciado que toma el control del país y suspende todos los derechos constitucionales. A través de un mensaje televisado, el jefe de las fuerzas armadas, Prayuth Chan-Ocha, se ha dirigido a la nación para asegurar que la asonada es el camino “más rápido” para restablecer la estabilidad. Su decisión llega dos días después de haber decretado la Ley Marcial y tras asegurar que no tenía intención de usurpar el poder civil.
El golpe de Estado ha sido ordenado minutos después de que fracasara una reunión promovida por los generales para forzar un acuerdo entre las facciones políticas que se han enfrentado en los últimos seis meses. Los generales han ordenado la detención de los negociadores de ambos bandos y han asegurado que serán ellos quienes lleven a cabo los cambios que necesita la nación. Su acción está destinada a “reformar la estructura política, la economía y la sociedad”, según el general Prayuth.
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