“La razón de mi actuar ha sido invariablemente el proteger la vida. Sin embargo, el sufrimiento en que se encuentran algunas personas es algo que me golpea y solidarizo profundamente con ellas. Pido perdón si algunas de mis acciones generaron y siguen generando dolor durante tantos años a los afectados”, escribió el sacerdote Gerardo Joannon a El Mercurio.
El religioso es sindicado como miembro de una presunta red de adopciones irregulares en los 70 y 80.
En el documento sostiene que colaborará con la justicia tanto eclesiástica como civil con el fin de esclarecer los hechos y que lamenta la difusión de una “frase desafortunada”, en referencia a su respuesta en una entrevista en Canal 13 en la que sostuvo que “no voy a ayudar a nada porque no tengo nada que decir”.
Por último, dijo que espera “que se conozca la verdad para que todos podamos encontrar la paz que buscamos”.