La medianoche de hoy jueves comenzó la huelga general en Argentina convocada por tres de las cinco centrales sindicales del país, que reclaman al gobierno de la presidenta Cristina Fernández que reacciones contra la alta inflación y ajustes de tarifas.
En varios puntos de Buenos Aires, las pilas de basura acumulada antes de que los camiones recolectores pararan, y las filas de autos en las estaciones de servicio para cargar combustible, reflejaban los primeros signos del paro.
La protesta comenzó poco antes de medianoche con el cese de actividad en la rama de combustibles y siguió con el paro en los transportes públicos, aunque los sindicatos dispusieron una extensión en el servicio de algunas líneas de colectivos (autobuses) para el traslado de los hinchas de San Lorenzo tras un partido de la Libertadores.
Se trata de la segunda huelga general que afronta Cristina Fernández, y ha sido convocada por el ala opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), encabezada por Hugo Moyano, antiguo aliado de los Kirchner convertido hoy en uno de sus máximos detractores. El objetivo es paralizar por 24 horas al país de 40 millones de habitantes que confronta a una fuerte inflación, que el primer bimestre de 2014 superó el 7%.
La medida es percibida por algunos gremios y analistas como un juego político para desafiar al Gobierno centroizquierdista de Kirchner.El éxito de la huelga dependerá del nivel de acatamiento que tenga entre los gremios del transporte: ferrocarriles, colectivos, subte (metro) y técnicos aeronáuticos, que impedirán de hecho al resto de los trabajadores llegar a sus empleos.
Entre las exigencias de los gremios destacan mejoras salariales por encima del 40 % y un aumento del salario exento del pago de Ganancias, un impuesto a la renta que pesa sobre los trabajadores en Argentina que ganan más de 15.000 pesos mensuales (1.875 dólares).