El próximo sábado en Cuba se aprobará una nueva Ley para la Inversión Extranjera que autorizará la participación de capital extranjero “en todos los sectores”, con excepción de los “servicios de salud y educación a la población y todas las instituciones armadas”.
La prensa oficial cubana ha adelantado algunos detalles del proyecto, que promete la exención de impuestos y “plena protección y seguridad jurídica”. Además, establece que las empresas extranjeras “no podrán ser expropiadas, salvo por motivos de utilidad pública o interés social” y que, cuando ello ocurra, los propietarios recibirán “la debida indemnización”.
De esta forma se da un paso más en la lenta reforma del modelo económico socialista que comenzó a desarrollar Raúl Castro, con el objetivo de reflotar la economía de Cuba.
Con esta ley, La Habana busca atraer capital extranjero para garantizar el acceso de Cuba a nuevas tecnologías, nuevos mercados de exportación y nuevas fuentes de financiamiento que le permitan, en el mediano plazo, desarrollar de nuevas fuentes de empleo y sustituir importaciones, especialmente en el sector de los alimentos; todos estos objetivos forman parte de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en abril de 2011.
La norma, que será debatida el sábado en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, sustituirá a la vieja Ley 77 vigente desde 1995 y su aprobación ha sido una tarea pendiente desde finales de 2012.