Finalmente el Papa Francisco finalmente aceptó la renuncia del obispo de la diócesis alemana de Limburg, Franz-Peter Tebartz-van Elst, al que había apartado temporalmente de su cargo tras conocerse su afición al lujo y a gastos excesivos, como la construcción de una suntuosa residencia episcopal.
La oficina de prensa del Vaticano comunicó que la Congregación de los obispos decidió que “se había creado una situación que impedía ejercer adecuadamente a Tebartz-van Elst”.
En respuesta, el Papa aceptó la dimisión que le había presentado el obispo el 20 de octubre y nombró como administrador de la diócesis a Manfred Grothe. Tebartz-van Elst recibirá “cuando llegue el momento otro cargo”.