Tras ser investido como cardenal por el Papa Francisco el pasado 22 de febrero en Roma, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, no pudo eludir las preguntas sobre el sacerdote Fernando Karadima en su primera actividad pública de vuelta en Chile.
Ezzati visitó la Casa de las Hermanas de la Caridad en Estación Central, donde se le consultó por la polémica generada tras conocerse que Karadima sigue celebrando misas, pese a la prohibición del Vaticano al condenarlo por abuso sexual contra menores de edad.
“Dénme tiempo para recoger los datos”, respondió Ezzati, quien afirmó que estando en Roma le fue “imposible” seguir el desarrollo de los hechos.
El cardenal también fue consultado por una querella interpuesta por el abogado Marcelo Vargas en la que se lo acusa de encubrir los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Rimsky Rojas.
“No tengo nada que ver con eso (…) De ninguna manera”, afirmó el prelado, que dijo recibir “tranquilo” estas acusaciones.