El ex presidente islamista de Egipto, Mohamed Mursi, quien fue derrocado por el ejército que impulsa ahora la candidatura de su jefe al cargo supremo, comenzó a ser juzgado este martes en El Cairo por haber evadido la prisión durante la revolución de 2011.
Mursi y otros líderes de los Hermanos Musulmanes, entre ellos su guía supremo Mohamed Badie, comparecieron ante el juez con el uniforme blanco de los detenidos tras los barrotes de una jaula, según imágenes difundidas por la televisión estatal.
Mursi, el único presidente de Egipto elegido democráticamente, corre el riesgo de ser condenado a la pena de muerte por haberse evadido de prisión con la complicidad, según la acusación, de miembros del Hamas palestino, el Hezbolá libanés y movimientos yihadistas.
El derrocado ex presidente, aparentemente bien de salud, escuchó con aire exasperado cómo la fiscalía leía el nombre de los 132 acusados.
Durante la única vista celebrada de otro juicio en la que compareció físicamente el 4 de noviembre, el jefe de Estado derrocado calificó las cuatro causas en su contra de “juicios políticos” entablados por el poder “ilegítimo” de los autores de un “golpe de Estado”.