Luego de que a medianoche venciera el plazo para que el Congreso llegara a un acuerdo y aprobara el presupuesto, la Casa Blanca sufre su primer shutdown en 17 años.
Es decir, el gobierno estadounidense deberá suspender por obligación parte de sus operaciones, debido a la falta de un consenso que permitiera seguir financiando sus labores. Esto le significará a la Casa Blanca prescindir de unos 800.000 funcionarios, y podría costar más de 1.000 millones de dólares para las arcas públicas.
“Por desgracia, el Congreso no ha cumplido con su responsabilidad. No ha sido capaz de aprobar un presupuesto y como resultado, gran parte de nuestro Gobierno debe cerrar ahora hasta que el Congreso vuelva a financiarlo“, dijo el presidente Barack Obama, en un video difundido por la Casa Blanca.
El shutdown se produce tras más de una semana de debates y propuestas de ley cruzadas en ambas cámaras del Congreso, divididas por la estrategia republicana de usar la discusión presupuestaria como pretexto para modificar la reforma sanitaria promulgada en 2010.
Esta medida de detener parcialmente las operaciones no es una situación tan poco común en Estados Unidos. Ronald Reagan tuvo ocho cierres durante su periodo como presidente, es decir, uno al año en promedio; la mayoría de las veces, no se extienden por más de algunos días.