Papa Francisco llega a Brasil pidiendo no percatarse de la extrema seguridad

El pedido, más que un capricho, ha sido una señal de humildad que el máximo pontífice quiere comunicar a sus fieles del país con más católicos del mundo.

A las 15 horas de Brasil, el Papa Francisco comienza hoy su primera gira internacional, que lo tendrá durante una semana recorriendo las ciudades más importantes del gigante latinoamericano.

Su primera visita a Latinoamérica comenzará por la ciudad de Río de Janeiro, donde se reunirá con jóvenes de 60 países para la Jornada Mundial de la Juventud, una gran fiesta religiosa que podría convertirse en escenario de nuevas protestas  populares, las que se han tomado al país durante las últimas semanas como alegato contra la deuda social, los gastos del Mundial 2014 y las denuncias de corrupción.

Para afrontar las posibles manifestaciones, el gobierno de Dilma Rouseff ha duplicado el número de agentes previstos para estar a cargo de la seguridad del Papa. Las principales arterias de la ciudad estarán cerradas al tráfico y ocupadas por 20.000 agentes policiales y militares.

Se ha tomado este viaje de una importancia histórica similar al del primer viaje que Juan Pablo II, el primer papa polaco, realizó a su tierra en 1979, cuando el comunismo empezaba a dar señales de desmoronamiento. En este caso, se habla de la importancia de la visita del nuevo Papa en un momento en que la Iglesia Católica viene perdiendo fieles debido al crecimiento de los grupos evangélicos y el escepticismo con la religión en general.