Un robo cada dos días ha sufrido, en promedio, la fuerza de venta de BAT Chile, ex Chiletabacos, entre 2010 y el año pasado. Esto da cuenta de lo atractivo en que se ha transformado el cigarrillo para los delincuentes, luego de las sucesivas alzas de impuestos y, por ende, del valor de una cajetilla.
Las cifras las expuso la compañía en su Memoria 2012, en la que dio cuenta que los principales riesgos que enfrenta son los robos, así como también el mercado negro.
El año pasado, se comercializaron 14,3 billones de cigarrillos en el país, de los cuales 13,5 billones correspondieron a marcas de BAT Chile, como Kent, Lucky Strike y Dunhill.
Según estadísticas de Carabineros de Chile, la PDI y el Servicio Nacional de Aduanas, se incautaron 150 millones de unidades en 2012, 134% más que el año anterior, lo que corresponde a una pérdida de ingresos fiscales de US$76 millones. En lo que va de este año, ya se han incautado 47,5 millones de unidades.
Pero pese a los robos, a la competencia con el mercado negro y a una creciente carga impositiva que aumenta año a año, las tabacaleras continúan aumentando sus ingresos y utilidades.
En la industria afirman que la clave es mantener bien cubiertos todos los segmentos de mercado, con el fin de no ver afectadas sus ventas con eventuales migraciones.
Un ejemplo claro se gestó en 2011, cuando tras sucesivas alzas de precios Philip Morris -el segundo player del mercado- logró posicionarse fuertemente en el segmento de menores ingresos del país. Al detectar este crecimiento, BAT Chile, de manera casi automática, relanzó su marca Hilton, obteniendo un papel protagónico en la primera mitad de año pasado; posteriormente, la compañía volvió a arremeter con el ingreso de Pall Mall, marca clave este nicho.
Otra apuesta realizada por la ex Chiletabacos estuvo orientada a cubrir el segmento premium con la creación de Dunhill, en desmedro de Viceroy. Si bien esta transición no fue fácil, en BAT afirman que la marca ha registrado un crecimiento estable dentro del mercado.
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