Ancali invierte US$11 millones para convertir residuos en biogás
Gracias a la implementación de un biodigestor, que transforma los purines de las vacas en energía renovable, la planta del grupo Bethia en Los Ángeles se encumbra como una de las más grandes y modernas de América Latina, con 6500 animales en ordeña al mismo tiempo. GABRIELA BADE
Fue el ministro de Agricultura, Luis Mayol, el encargado de dar las órdenes para el inicio de la faena del biodigestor más grande de América Latina. Él fue uno de los tres secretarios de estado (junto con Cecilia Pérez y Jorge Bunster) que llegaron a la inauguración de una tecnología que costó US$11 millones de inversión al grupo Bethia, para transformar a su planta lechera Ancali, en Los Ángeles, en la más grande de Latinoamérica, reduciendo al máximo el impacto ambiental y social de sus operaciones.
Uno de los problemas en el manejo de operaciones tan grandes con animales, son los residuos. Estos generan mal olor y atraen insectos. Ancali venía creciendo en cantidad de vacas desde hace tiempo, hasta llegar a la actual capacidad de 6.500 vacas que se pueden ordeñar simultáneamente.
Es tan grande, que su ingeniero jefe, Aníbal Pacheco, explica que no hay tantas lecherías de esta magnitud en el mundo. En Europa, dice él, son habitualmente para 500 vacas. Así que cuando buscaron tecnología para trabajar con los residuos que esta planta generaba fueron a estudiar cómo lo hacían en Estados Unidos.
En si discurso inaugural, el vicepresidente del grupo Bethia, Carlos Heller dio cuenta de estas pesquisas. “Visité junto con los ejecutivos de Ancali las mejores lecherías del mundo, hasta que dimos con lo que necesitábamos. Se trabajó día y noche sin descanso para poder estar aquí hoy e inaugurar este biodigestor con el que esperamos generar 28.800 kw/día en forma continua. La energía eléctrica se inyectará al SIC aportando energía renovable no convencional a la matriz energética del país, producida en base al purín de nuestras vacas lecheras”, dijo.
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