Abundante humo negro comenzó a salir desde la chimenea instalada en la Capilla Sixtina, en El Vaticano, señal de que la primera votación del cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI terminó sin un Papa electo.
La fumata se pudo observar cuando los cardenales electores llevaban cerca de dos horas reunidos y quiere decir que ninguno de los cardenales obtuvo los 77 votos que requería para ser proclamado Sumo Pontífice.
A diferencia de los cónclaves anteriores, esta vez la fumata fue claramente negra y abundante, gracias a que se le agregaron productos químicos para evitar posibles confusiones.
El cónclave –el segundo que se realiza en el siglo XXI– se inició este martes con la participación de 115 cardenales electores pertenecientes a 45 países. Previamente, debieron abandonar el lugar todas las personas que no participaban directamente de la elección –incluidas las cámaras de televisión–, tras lo cual el maestro de ceremonias del Vaticano, Guido Marini, cerró las puertas.