Para agosto del año pasado estaba programada la presentación en el Congreso de la nueva ley de inmigración, que vendría a reemplazar la Ley de Extranjería que data de 1975. Sin embargo, esto no fue posible tras ciertas modificaciones que incluyeron los distintos ministerios involucrados en esta reforma (Interior, Defensa, Salud, Educación, Trabajo, Justicia, Economía y Hacienda).
Ahora, lo único que faltaría para obtener la aprobación del presidente Sebastián Piñera e iniciar su discusión legislativa en el Parlamento -que debería ser durante marzo- sería la firma del Ministerio de Hacienda, donde aún estarían revisando la iniciativa.
En la modificación a la Ley de Extranjería se incluírían diversas novedades como una nueva institucionalidad denominada “Consejo Migratorio”, que estaría a cargo de diseñar políticas migratorias sujetas a condiciones económicas, sociales y políticas; la creación de una División de Migraciones que reemplazaría a la Oficina de Extranjería, con sede en cada región; la implementación de una Unidad de Estudios, que deberá generar estadísticas de la salida y entrada de extranjeros; un nuevo sistema de visas más flexible y de sólo 3 categorías (hoy existen 4); nuevos procesos en la validación de títulos; y sanciones para aquellos empleadores que contraten trabajadores extranjeros de manera ilegal (ver nota relacionada).
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