En su última audiencia pública Benedicto XVI aseguró “No abandono la cruz, continúo en un modo nuevo ante el Señor crucificado”. Decenas de miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para escuchar la última catequesis de Benedicto XVI. El Papa ha reflexionado sobre su decisión de renunciar y ha explicado cómo en los últimos meses ha sentido que sus fuerzas habían disminuido.
“Le he pedido a Dios con insistencia, en la oración, que me iluminase con su luz para hacerme tomar la decisión más justa no por mi bien, sino por el bien de la Iglesia. He hecho todo esto en la plena conciencia de su gravedad y también novedad, pero con profunda serenidad de ánimo. Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, sufridas, teniendo siempre delante el bien de la Iglesia y no de nosotros mismos”, afirmaba.
Ratzinger ha subrayado que cuando fue elegido Papa desde ese momento se comprometió “siempre y por siempre con el Señor”. “Siempre. Quien asume el ministerio pietrino pertenece siempre y totalmente a todos, a toda la Iglesia. De su vida le es retirada la dimensión privada”, destacaba.
El jueves será el último día de Ratzinger como líder espiritual: saludará a cardenales en Roma, muchos de los cuales han llegado para formar parte del cónclave que elegirá a su sucesor. Luego, viajará en helicóptero al retiro veraniego papal en Castel Gandolfo, en el sur de Roma, donde hará una aparición en la ventana para saludar a los residentes de la villa y a aquellos que visiten la pequeña plaza. Ésa será su última aparición en público como Papa.