El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reveló su plan para endurecer el control de armas, uno de los esfuerzos gubernamentales más fuerte en años para tratar de contener la violencia que las armas de fuego generan en el país. Esto, tras la matanza de 20 niños y seis adultos en una escuela de Connecticut el mes pasado.
Se trata de 23 decretos que no necesitan el visto bueno del Congreso. Entre sus propuestas está impulsar que el Congreso apruebe una nueva prohibición de armas de asalto, así como limitar los cargadores a diez balas y que se exija la revisión de antecedentes a todos los compradores de armas.
“Aunque reducir la violencia armada es un reto complicado, proteger a nuestros niños de esa violencia no debe ser un asunto que nos divida”, subrayó Obama en una comparecencia acompañado de su vicepresidente, Joe Biden y algunos niños de todo el país que escribieron cartas al Presidente sobre la violencia con armas y la seguridad escolar.
“Respeto nuestras fuertes tradiciones sobre la posesión de armas, pero sirve un cambio. Sirve de nuestra parte un examen de conciencia. Cada día que esperamos para actuar aumento el número de las víctimas”, agregó Obama.
El anuncio establece una confrontación directa con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés), un poderoso grupo de presión que está lanzando una campaña publicitaria contra el control de armas y está desplegando a sus representantes con fuerza en el Capitolio.
La NRA, que afirma tener cerca de 4 millones de miembros, acusó a Obama en un anuncio por televisión de ser “sólo otro hipócrita elitista” por aceptar protección del Servicio Secreto para sus dos hijas pero rechazar la propuesta del grupo de colocar a guardias armados en todas las escuelas.