Imagine que usted mismo es el encargado de escoger sus propios regalos de Navidad. ¿No cree que sería todo más fácil? En esta fecha es frecuente oír a economistas comentando sobre las compras de fin de año, refiriéndose al saludable impacto que éstas tienen sobre la macroeconomía. Pero al margen de los enormes beneficios para el comercio, hay un factor que a menudo se pasa por alto: una gran parte de las elecciones de consumo durante las fiestas de fin de año son hechas frecuentemente por una persona diferente al consumidor final.
Este relevante aspecto ha sido recogido por varios expertos que apuntan, básicamente, a cómo la temporada de regalos podría ser mucho más eficiente, tomando en cuenta que los gastos en promedio superan los US$40.000 millones anuales en Estados Unidos.
Lee más en Pulso.