En el 2000, los creadores de los helados Ben & Jerry’s fueron obligados a vender su empresa a Unilever debido al fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que dictaminó que debían aceptar sí o sí la oferta de US$326 millones, a pesar de no querer hacerlo. Ellos querían mantener un giro diferente, en el que se contemplaba la sustentabilidad y relación con la comunidad, además de ser partícipe de comercio justo y con una huella de carbono muy baja.
Ese hecho fue decisivo para que se crearan las Benefit corporations (B corps) o empresas B, que tienen un fin no lucrativo y que entre sus estatutos contemplan el minimizar las externalidades negativas -como su huella de carbono- y en lo posible generar externalidades positivas.
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